Nada de original hay en lo que te pueda decir ahora.
No porque todo haya sido escrito o citado hasta el cansancio anteriormente, sino por el hecho mismo del decir.
Que de manzana haya en una manzana?... el sonido tiene el aroma, el sabor o al menos su peso?... nada, nada en común, solo el hecho de que al llegar al mundo ya existía el sonido y las palabras que lo representan, y lo mas profundo, lo que hay detrás: Un acuerdo, una convención, de hacer que “manzana” represente a la “fruta” que ya debió haber estado “acordada” o “convenida” desde antes, sino no habría manera de acordar la segunda… y previa a esa otras, claro que “apple” es una convención de otro lugar, a nosotros nos tocó nacer en la zona de convenciones de “manzana”.
Y qué si te digo que te amo?
Que misteriosa cosa resonará en tu cabeza? Te atraeré o te espantaré?, en que casta has nacido? Quien te ha enseñado su significado?, Con que vivencias has enriquecido o empobrecido su significado?... sabes de lo que estoy hablando?...
Hagamos una nueva convención, una nuestra, que guardemos del entorno, del contexto, de la sociedad, del paquete de convenciones que no nos preguntaron nada y nos insertaron en un mundo de significados prestados, seamos furtivos fugitivos de los acuerdos de los demás, escondámonos bajo un techo de zinc de la lluvia torrencial de mensajes pre-codificados y en este ruido de agua que no nos llega te diré al oído esa palabra que será solo nuestra, para expresar eso que de a poco iremos acordando, con cada día juntos, con cada mirada, con cada caricia, hasta que el tiempo nos separe y nuestra palabra, ya sin convenciones posibles al estar yo de nuevo solo, se reabsorba y vuelva al lugar del que alguna vez naciera siendo inspirada por el querer hacerte llegar esto que ahora siento y que si no digo de este modo, sentiré nunca haber dicho.
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