Te pido por favor que tenses mas la cuerda elástica para que así pueda estar mas tiempo en el aire, para que pueda ir mas lejos, que vea los campos hacerse parches de frazada, que los pájaros me miren de costado, y los ríos se hagan hilos de plata, y las nubes de algodón devengan en bruma, que el sol me siga en mi parábola. Pero, por favor, deja que me lleve algo de vos conmigo como un puñado de polvo de ladrillo, para que marque mi trayecto, aunque se valla deshaciendo en mi mano, de modo que sólo quede el consuelo de lo naranja en la palma y los dedos.
Tensa firme la cuerda, no me importa la caída, quiero el vértigo del viaje, y prometo gritar hasta que duela, comerme el viento en el cielo, es secundario a dónde vaya a rebotar, son secundarios los huesos rotos y lo moretones pues serán emblemas de haber estado juntos.
Lánzame lejos, que eso es lo que quiero, permíteme que lleve ese pedacito de vos ya que el todo me es negado. Dejáme robarte unos latidos, unas respiraciones, que me hagan huella y recuerdo.
Ámame, que ya no me importan los adioses…
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