lunes, 10 de diciembre de 2007

CAVILACIONES 110 - PEQUEÑA GRAN COSA

Estoy seguro que a Ud. Muchas veces le habrá pasado que llega a una habitación y sabe que fue a hacer algo de lo que no se acuerda, o se queda parado mirando el cajón de los cubiertos sin saber si sacar el destapacorchos o el abrelatas, o peor aun, cuando desperdicia el tiempo buscando algo que lleva puesto o que sostiene en su propia mano, como un cigarrillo, por ejemplo. Le traigo esto a colación para que se ubique en lo que le voy a contar. Mire, yo estoy seguro de que algo me ha sido arrebatado, y este algo no es cualquier cosa, me da la sensación de que es algo importante y que si no me doy cuenta de que se trata dentro de poco es posible que lo pierda para siempre. Es verdad que estoy un poco melancólico, pero estas lagrimas son por el frío de la mañana, ya se va a pasar, lo importante ahora es no desviarnos del tema, es peligroso, casi seguro que si me distraigo me puedo quedar sin ese algo del que le vengo hablando. Si, por ahí Ud. Tiene razón en decirme que si no me acuerdo seguramente se trata de algo que no es importante, que deje de embromar y que me dedique a vivir mi vida, pero ¿no se le ha ocurrido pensar que tal vez Ud. ya se haya olvidado y es por eso que trata de hacerme ver las cosas como las ven los demás?, porque no crea que no me doy cuenta que casi todos andan por ahí ajenos a ciertas perdidas importantes en sus vidas, y le puedo asegurar que este asunto del que hablamos no es menor.
Los rayos del sol entibian la plaza, las palomas levantan vuelo por el paso de algún oficinista que llega tarde al trabajo, el aire sigue frío y el banquito de la plaza se hace incomodo, los parches de pasto alternando con baldosas y las bifurcaciones del pavimento terminan por hacerme dar cuenta, entonces lo digo: Se trata de la libertad. No, no se ría de mi Sr., que esto es cosa seria, y no me salga con el cuento de confundir muchas opciones con ser libre, pues puede que todas las opciones de las que Ud. me hable estén tan preconfiguradas que de libertad no tengan nada, yo le hablo de otra cosa, le hablo de lo que se siente adentro, de la libertad responsable, del gozo de equivocarse, o la pena de acertar, es de eso de lo que viene esta charla, se tata de estirar los brazos y despertarse de una buena vez. Si, claro, quien me garantiza que no me este despertando dentro de otro sueño, quien valida mi vivir, quien me avisa que soy realmente libre, y a la vez, libre para que soy, o de que, no se… tal vez la clave solo este en hacerse la pregunta al menos. Tal vez simplemente dejamos de ser libres cuando nos dejamos de preguntar.
Mire, ahora voy a preguntar, pero deje, es para oír el sonido salir libre, no quiero que me responda, gracias…

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