lunes, 10 de diciembre de 2007

CAVILACIONES 120 - TE PROPONGO

Te propongo este salto al vacío, una caída libre todos los metros que nos depare la incertidumbre, el aire cacheteando las ropas, los gritos de alegría y la saliva que sube junto con las lagrimas tratando de volver al borde del acantilado.
Sin embargo vos me pides garantías, buenas maneras, orden, grandes expectativas, leyes, dogmas, costumbres, rieles sobre los cuales ir y volver, trazados desde afuera, el adormecimiento de la roca que se desgasta con el aire y el agua y sigue pensándose indemne al paso del tiempo.
Te propongo abrazarte en el desconocerte, en el descubrirte, en el nunca jamás abarcarte, por respeto, por cariño, por amor.
Y vos me llenas de premisas, dices saber lo que quieres, dices que todos deben querer lo mismo, dices lo que yo debiera desear al desearte, y en ese acto matas estos lazos que te buscan en la esperanza de que nunca seas igual.
Te propongo un camino donde el desde, el donde y el hacia donde, no importen, que solo cuente que tus pasos suenen al lado de los míos, que tu brazo roce el mío en el andar, que el grito en la caída nos aturda al unísono, que solo importe el transitar en el ahora.
Entonces dices que debo ir detrás de ti para no ensombrecerte, o delante para defenderte, que debo achicarme para que me alces y contengas, o agrandarme para acogerte en mi pecho y secarte las lagrimas, y que además debo saber en que momento he de ser cada cosa, me dices que de eso se trata el verdadero amor.
Te propongo que hablemos, que discutamos, que no nos entendamos, que se nos acaben las palabras, el aire y la ira, que nos quedemos tendidos en la hierba, escuchando nuestra respiración, que nos entendamos en el silencio, y que podamos amar aun sin entender porqué.
Te propongo un viaje en catapulta, un salto del que nadie podrá saber el tiempo ni prever el aterrizaje, una chispa hecha entre los dos, pensada en su naturaleza de destellar y apagarse, naturaleza errante que contiene la chance de hacerla brillar incluso mas allá de los que le diéramos origen.
Te propongo que corramos el riesgo.

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