lunes, 10 de diciembre de 2007

CAVILACIONES 104 - DEFENSORES

Lo primero que hice fue agradecerles por los servicios prestados; luego, les abracé afectuosamente, preparé un te caliente y nos pasamos la hora del crepúsculo todos juntos, recordando como habíamos llegado a ese punto. Disfrutando de las anécdotas, los momentos donde creíamos que no la contábamos, y como el nacimiento de uno de ellos nos había salvado a todos en más de una ocasión.
Sentía un poco de temor al dejar a todas esas dimensiones de mi mismo, esos seres a los cuales había forjado en episodios de peligro o necesidad… Es que es difícil desprenderse y a la vez saberse agradecido por lo bueno que habían hecho en su misión de pretejerme.
No podía seguir adelante con ellos.
Me pesaban.
Lo que ocurría era que los había hecho tan a la medida de los tiempos en que habían aparecido (casi quirúrgicamente precisos a los fines pensados) y eran tan útiles, eficientes, eficaces, eximios guerreros para combatir los problemas que terminaban siendo faltos de flexibilidad y cuando no había contra qué pelear daban sablazos al aire cortando partes sanas.
Eran guerreros, pero la batalla había quedado atrás y no se volvería a repetir, al menos no de la misma manera.
Estaban obsoletos, pero seguían luchando, y sin ninguna mala intención, estaban siendo una dañina carga cada vez más difícil de llevar…
Nos saludamos y se fueron, me dejaron la energía para crear nuevos defensores y la incertidumbre que siempre antecede la creación de uno de ellos, esa duda que reza que el mejor de los remedios, algún día, puede devenir en el mas mortal de los venenos.

No hay comentarios: