lunes, 10 de diciembre de 2007

CAVILACIONES 125 - EL ARTE DE PRESUPONER

Uno nace uno y muere uno.
No es fácil explicarte lo que ahora me reclamas para que tu sufrimiento se haga mas soportable.
La piel es una pauta además del órgano mas grande en nuestro cuerpo, es la presencia del limite, el recuerdo de que uno tiene final mas allá de su extensión.
La felicidad tiene la manía de aparecer en estados ilusorios de compartir pieles ajenas que cuando se juntan con la de uno se asemejan a una bolsa de canguro gigante que da calor, alimenta y protege.
Pero es mentira, es una felicidad vana si se toma como parte de la realidad, mas allá de lo que el espejismo dura (que es poco), y hace daño.
Uno nace uno y muere uno.
Es uno el que se abre paso a la vida y es uno el que luego la deja, auque la cama este rodeada de gente amada que quisiera morirse con uno.
No puedes habitar una piel que no sea la tuya y nadie puede habitarte tampoco, lo que no quita que se pueda jugar al juego de inventar pieles nuevas mas bonitas que a la que nos tocara en suerte. Eso si, hay que entender que es solo un juego. No es verdad.
Nadie jamás podrá ver por tus ojos, oír con tus oídos, degustar con tu lengua, oler con tu nariz o sentir con tu piel.
Si no dices lo que quieres nadie podrá adivinarlo, por mas amor que te tenga.
No somos ni malos ni buenos, somos personas, cada uno enfundado en su piel.
Entonces aprende a amarnos, a amarte, así, como somos, como sos, en un nosotros que nos englobe en nuestras soledades y solo así podremos acompañarnos, ayudarnos, comprendernos, mimarnos, desearnos, querernos, y todas esas maravillosas cosas que se pueden hacer cuando existe la comunicación, el dialogo, y no el universo de supuestos que hoy te tiene entrampada imposibilitada de disfrutar de este día que ya se va terminando.

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