lunes, 29 de septiembre de 2008

HISTORIA EN DOS TIEMPOS



Solía esperar que todos se durmieran, luego me arrastraba despacio por las baldosas frías tratando de no hacer ruido, contenía la respiración, aguzaba los sentidos; luego, ya en la pieza de mis padres me incorporaba gradualmente detrás de la silla y me quedaba quieto esperando oír los ronquidos acompasados de los dos antes del siguiente movimiento…

Llegamos a tiempo pero tuvimos que esperar que la gente de la función anterior saliera del cine. Nos quedamos charlando cuando llegó Pablo que venía atrasado pero que dadas las circunstancias resultó ser más puntual que nosotros. La gente salió son cara de agobio, sin embargo pude oír buenos comentarios. Ya en las butacas escuchamos a Laureano explicarnos sobre la trayectoria del director, otras películas y una reseña artística de lo que estábamos por ver. Las luces se pagaron y la pantalla se iluminó.
“Puedes estar media hora en el cielo, antes que el Diablo sepa que has muerto” rezaba la boca negra con dientes tipográficos blancos.
Algo pasó dentro mío al leerlo.


Gradualmente metía la mano en el bolsillo del pantalón hasta alcanzar la familiar textura de la plata, mi oído, mientras, seguía el ritmo de las respiraciones y una vez extraído el botín me arrastraba al baño, encendía la luz y contaba los billetes…
Luego, de casi dos horas de tensionante disfrute. Las luces se encendieron.

- Esta es la clase de película que hace que valores la vida que tienes.
Dijo Pablo.
- Fuerte. Dijo Pedro.
Yo no dije nada.


Siempre había muchos billetes y yo me ilusionaba con que algún día, cuando creciera, tendría a mi disposición todo eso y más para hacer lo que quisiera. Guardaba un billete de los que estuvieran más repetidos, mi papá jamás contaba la guita. Apagaba la luz, salía distraídamente hasta mi cama, luego, al constatar los sonidos nocturnos me deslizaba de nuevo al bolsillo para devolver lo secuestrado con su imperceptible faltante. Finalmente volvía y dormía plácidamente hasta el día siguiente: Así probé todos los sabores de Conogol, vi películas en el Cine Renzi, me enloquecí en los video juegos varias veces.
- Tu papá sabe que le has sacado plata. Dijo mi mamá con expresión grave una vez que volví de la escuela.
Las horas de disfrute empalidecieron y se achicaron para en comparación con la eternidad de las dos horas que tuve que esperar hasta que mi papá llegó del trabajo.
No me quiso ver, comí solo en la cocina, a mis hermanos les pegaba muy duro por mucho menos que lo que yo había hecho, pero no me dijo nada, a la tarde cruzamos miradas nomás, y yo que esperaba el azote, el odio en sus pupilas, en cambio encontré tristeza, profunda e insondable.
Comprendí que algo se había roto.
Sumido en el infierno, por media hora en lo que pensaba era el cielo.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Yor, fuerte, cierto, directo ahí donde más duele, sentirnos en evidencia, avergonzados, descubiertos, y culpables. Todos de una u otra manera alguna vez hemos sentido ese silencio que ametralla el alma.
me gustó mucho.
Un beso

YOR dijo...

Paola: Lo asombroso es como el registro de los tiempos cambia de manera radical al ser descubiertos... y la culpabilidad, la bendita culpabilidad... cuando te meten a Dios, viene con el Diablo de la mano...
Un abrazo en el mea culpa compatido!

RMS dijo...

Es cuando la gélida plata quema, el corazón de desagua en la tristeza ajena y propia de vernos culpables, en evidencia... demasiado fuerte como fuerte hay que ser para resistir y aprender... aprender... con dolor, pero aprender.
Navíos recuerdos pintados con escarapelas paternas y sus enseñanzas eternas vienen a mí.
Un gusto.
Saludos.

Luiscba dijo...

guaaauuuu que recuerdo trajiste Yor....
la pelea por el cielo y el infierno se la dejo a dios y al diablo mientras yo solito sigo remando en medio de la tormenta y con suerte logro escuchar sus argumentos mientras estan jugando PAN Y AGUA por el botin.....
y mas alla de las culpas algunas ya resueltas Y otras a la espera de nuevos espacios terapeuticos, no puedo olvidarme de.... ¨y yo que esperaba el azote, el odio en sus pupilas, en cambio encontré tristeza, profunda en insondable.¨
aun hoy cuando me mira me parece ver algo de aquello sin duda el perdon desde el llego ahora desde MI?... aun no lo se...
te dejo un abrazote

Luiscba dijo...

correccion YOR el juego es PAN Y QUESO

YOR dijo...

Rammses: ¿Dónde esta lo valioso?, eso es lo que uno aprende al quemarse hasta el hueso y volver a armarse como los retoños que ignoran el bosque incinerado que les antecediera. Aprender, de eso se trata no?...
Ya sabes, estás invitado a quedarte…

Luiscba: Una vez me dijeron que uno perdona para uno, no para el otro, pues es uno el que demanda esa energía invertida día a día segundo a segundo clamando por justicia o al menos por una disculpa… pero uno aprende que la vida no dura para siempre, que errores cometemos todos y que las peores atrocidades se pueden cometer con la mejor de las intenciones… y nos ablandamos, nos flexibilizamos, como el humilde junco de los sabios Zen, que se dobla con el viento, opuesto al orgulloso árbol que por su dureza se parte por su excesiva firmeza…
Bienvenido de vuelta al blog!!! Un abrazo.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

La cita del cine que se repite al final del relato y remarca esa culpa, esa lucha cielo-infierno que debiste sentir cuando tu papá optó por no hacer nada, simplemente nada. La indiferencia mortal. Cien azotes apasionados de bronca antes que los ojos gélidos de la indiferencia.
Yo le robaba a mi nono de la caja de la farmacia... pero el viejito zorro se daba cuenta y, a ciertas horas, dejaba solamente moneditas.
Era un juego tácito y no me sentí culpable, él me daba billetes de verdad que, sumados a las monedas, constituían un verdadero botín.

YOR dijo...

Proyecto María Castaña: Al robar yo sentía hacer justicia, pues veía que mi Papá era muy generoso entregando billetes con todo el mundo menos conmigo... así que me apropiaba de lo que pensaba era mío. Mi papá era recontra jodido con las reprimendas, así que al hacerlo yo me sentía un temerario, sabía que esperarme, pero resulto ser ESO, y me partió al medio... no robé más.
Cuando uno es chico, ellos lo son todo, así que medio mundo quedó bajo las aguas para mí de repente...
Me hubiera gustado un abuelo piola como el tuyo en mi vida che, jaja Un abrazo extensivo a la memoria de tu abuelo.

RMS dijo...

Acaso lo valioso está en la valoración de un dolor, de algo desagradable de una sensación que no es buena y porque no querés volver a sentirte así. Propio y ajeno.
Saludos.

YOR dijo...

Rammses: La culpa trae las cosas hacia uno, sobre uno, lo responsabiliza, le hace propio hasta lo más inmpensado... los tiempos se relativizan al aparecer lo desagradable, haciendo que lo agradable palidezca...
Vivir y aprender, para eso estamos...
Gracias por el post!