martes, 15 de enero de 2008

FALLIDA BABEL


Había una vez un rey cuyo corazón era noble y ponía los sentimiento por encima de cualquier cosa.
Había una vez un rey cuya razón era poderosa y ponía los pensamientos por encima de cualquier cosa.
Había una vez un rey cuyo tesoro era poderoso y ponía las riquezas por encima de cualquier cosa.
Había una vez un rey cuyo realismo era poderoso y ponía las cosas concretas por encima de cualquier cosa.
Cada cual en su castillo, pensando que sus fortalezas les hacían invencibles.
Pobre el rey de copas, el de espadas, el de oros y el de bastos, cuando al entrar en conflicto con los otros se dieron cuenta que su morada estaba hecha de frágiles cartas.

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