
Te cuento un secreto: Debajo de la ropa de cada persona hay una vagina, o un pene, un par de senos, un ano.
Sentate y mirá e imaginate. Puesto así verás que el sexo no parece gran cosa.
Si, tus padres también cuentan, aunque no necesitas obligarte a imaginar nada.
Sexualidad no implica genitalidad, un buen baño con jabón perfumado puede ser muy estimulante, una barra de chocolate, un licorcito, la ropa perfumada, sabanas limpias, un chapuzón en la pileta un día de calor.
Para ningún ser humano existe un período de celo que condicione su deseo.
Somos una raza muy sexuada.
Nos encanta el sexo.
Armamos grandes escándalos precisamente por esto.
No es casualidad que seamos tantos en el mundo.
La identidad sexual no está sujeta a un solo factor.
Nada es determinante de nada.
Comer un choripán con mucho apetito puede ser muy erótico.
Una caricia genital en el momento no propicio puede ser muy perturbadora.
El buen sexo entre personas implica acuerdo.
El buen sexo solitario implica acuerdo también.
Todos tienen penes, vaginas, anos, senos, codos, narices, ojos, orejas, axilas, cabellos, espaldas, dedos, brazos, pies, uñas, etc. puesto así, el sexo no parece gran cosa.
Somos el ser vivo más sexuado que habita el planeta, ¡eso si es gran cosa!.
Nada más animal que reducir el sexo a su aspecto reproductivo.
Quienes deciden no usar sus genitales igual tienen y desarrollan su sexualidad.
Nada más humano que disfrutar de la expresión libre y responsable de la sexualidad.
Nos encanta, y ése es para muchos el problema.
Lo que dice Pedro de Juan habla más de Pedro que de Juan.
Tu sexualidad es tuya.