martes, 29 de julio de 2008

PURA FICCION


- Yo no soy Dios, ellos nos ponen en ese lugar- me dijo mientras se le humedecían los ojos.
- Cuando vino el presidente hicimos una marcha, hubo cerca de trescientos profesionales de la salud quejándose por las condiciones del Hospital de niños. ¿Vos lo viste en alguno de los medios?... yo tampoco, ellos eligen que te muestran y que no.
- Con el conflicto del campo estuvimos tres días sin oxígeno en el Hospital, se me murieron un montón de chiquitos…
- Antes ya habíamos estado sin oxigeno por cuatro días…
- Si tienes a tres niños delante tuyo y tienes que decidir a quién pones la máscara y a quién no. ¿Cómo eliges?, ¿Al que tenga más posibilidad de sobrevivir?...
- Tengo la suerte de estar en esta época con licencia, para julio mis compañeros se vuelven locos.
- Te hace mal.
Yo he ido, yo sé lo que es el baldío en el que atienden a los niños de Santiago del Estero, he visto a los chicos con el suero puesto sentados en el piso con tierra, las puertas arrancadas de los goznes, los baños sucios, la gente esperando en el pasillo junto a camillas y niños acostada en proceso de internación ya que no hay habitaciones suficientes. También sé que han recibido buenas sumas de dinero de diferentes ONGs, y que ahora hay un nuevo hospital aún por ser inaugurado, ya que si bien la parte arquitectónica esta completa, no tuvieron en cuenta criterios elementales para la distribución de los espacios según las demandas de funcionamiento de un hospital, es decir, están picando y rellenando de nuevo.
Ningún medio ni provincial ni nacional quiere cubrir NADA de esto.
Las noticias se parecen a los índices del INDEC, el cuál me recuerda a la novela 1984 de George Orwel, donde un estado totalitario decía que la ración de chocolate había subido de 5g a 3.5g y que la gente debía celebrar la grandeza de sus benefactores.
La misma novela también decía: “En una época de mentira universal, decir la verdad constituye un acto revolucionario”

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