La vida se expresa en acciones, no se puede, por ejemplo, escribir sobre el pensamiento de una persona si esta no lo escribe o al menos lo dice, así es que lo que pasa en nuestra cabeza lejos de ser un hecho que nos identifique ante el mundo, es un aspecto profundo de la intimidad que ira a parar a ningún lugar cuando nos llegue la hora final.
Curiosamente nos pasamos mas tiempo pensando que haciendo, y este texto no es una apología de la impulsividad, no señor, simplemente trata de hacerte entender en que el pensar es, la más de las veces, un acto reflejo que no conduce a nada provechoso o trascendental para la vida.
Es que acaso puedes recordar lo que estuviste pensando hace diez o quince o treinta años atrás?, o lo que estuviste prensando a penas el día de ayer?...
Por otro lado, cuando se trata de lo que hiciste, estoy seguro que recuerdas incluso de aquello que quisieras olvidar, porque ocurrió, porque te afectó, porque el movimiento y la expresión son el leguaje de la vida, e incluso la acción intencional de la no acción es válida, pero no la cavilación vana que enreda el ovillo dentro de otro ovillo y en otro hasta que la madeja termina atándote de pies y manos con un millón de suposiciones que aniquilan la posibilidad incluso de respirar, hasta que, por supuesto, llegue la verdadera aniquilación de tu existencia…
Cuando estés al borde del abismo, te arrepentirás de lo que no pensaste?...
…o de lo que no hiciste?
Sal de tu cabeza, la vida ocurre puertas afuera.
2 comentarios:
Qué curioso que alguien que tiene un blog en cuyo título aparece la palabra "cavilaciones" escriba un elogio de la acción. Paradoja, le dicen, creo.
Igual me sigue gustando un verso de María Negroni que dice "Lo cavioloso huele mal", aunque estoy convencido de que nadie que no cavile llegaría a semejante conclusión.
SERGIO: Mis escritos están plagados de paradojas, mi vida está plena de ellas, cuanto mas crezco, más chica me va quedando la lógica de las polaridades...
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