No es necesario que pienses que hay gente muriendo de hambre para disfrutar el plato de comida que tienes cada día delante o mirar al lisiado para estar orgulloso de tus piernas, al ciego para empezar a mirar las maravillas que te rodean, al sordo para emocionarte con esa melodía que a diario ignoras, al mudo para decidirte a hablar de una vez, al feo para animarte con esa conquista amorosa que no deja de dar vueltas en tu cabeza, al obeso para tranquilizarte con tu “pancita”, al desocupado para valorar tu odiado trabajo, a la pareja desfavorecida de tu vecino para reconsiderar lo bueno de la tuya, al pordiosero para sentirte rico con cien pesos en la billetera, a los países lejanos en guerra para valorar la paz…
En serio no hace falta, no es necesario.
Comparase para enaltecerse es abrir un pozo que no tiene fondo.
Siempre habrá más alto, o mas bajo…
…afortunadamente.
No seas pobre de espíritu, pues es la peor pobreza que pueda haber.
Para valorar no hacen falta comparaciones.
No seas pobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario